Los gastos en calefacción son casi siempre los más altos de todas las facturas de la casa. Pero ¿a qué consumo corresponden realmente? Y, ¿qué puedes hacer tú para limitar el consumo de calefacción?
En este artículo compartiremos contigo unos trucos para ahorrar energía y te explicaremos cómo reducir costes y gastos con un sistema de calefacción inteligente.
¿Cuánto se gasta en calefacción?
Según los cálculos de la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía, una familia compuesta por dos adultos y un niño consume anualmente aproximadamente 3.000 kWh en electricidad por el uso de la luz y los electrodomésticos comunes. Este valor aumenta si la calefacción es eléctrica, y aumenta todavía más si se trata de un sistema antiguo.
Otros factores que influyen en el consumo de electricidad son claramente el número de electrodomésticos utilizados, los hábitos de la familia y las características de la casa en cuanto a aislamiento térmico.
Si analizamos también el consumo de gas, la misma familia gasta de media 2.000 kWh de gas al año para utilizar la cocina y tener agua caliente. Ese consumo puede aumentar hasta 20.000 kWh si el hogar tiene una calefacción de gas.
De hecho, los datos demuestran que, de media, más de la mitad del consumo doméstico (concretamente el 64 % del total) se debe a la calefacción. Por lo tanto, está claro que es un elemento clave que se debe tener en cuenta si queremos ahorrar, cuidando nuestra cartera (¡y también el medio ambiente!).
Por eso, es fundamental controlar el consumo. Pero ¿cómo hacerlo?
¿Cuál es la mejor forma de ahorrar en calefacción?
Un sistema de calefacción inteligente, eléctrica o hidráulica, es tu aliada imprescindible para ahorrar en gastos porque permite reducir los derroches de energía, evitando calentar la casa cuando y donde no es necesario.
Entre las tecnologías que ayudan a ahorrar, y que caracterizan los sistemas de calefacción inteligente, hay dos muy conocidas y valoradas: el termostato inteligente y las válvulas termostáticas smart.
El termostato inteligente permite ajustar la temperatura de las habitaciones, detectando los cambios de temperatura. De esta forma, el termostato inteligente evita dispersar el calor, manteniendo la temperatura ideal de manera constante.
Así se mejora el confort y se evitan gastos innecesarios, haciendo que la gestión del hogar sea mucho más funcional.
Las válvulas termostáticas smart, en cambio, permiten programar fácilmente y a distancia qué habitaciones calentar y cuándo hacerlo, detectando también si hay ventanas abiertas.
Además de la tecnología del termostato inteligente y las válvulas termostáticas smart, una de las innovaciones tecnológicas más importantes para ahorrar es el control del consumo.
¿Cómo ahorrar en calefacción este invierno?
Para saber cómo ahorrar en el gasto en calefacción, conocer cuándo y cuánto se calienta es fundamental.
Un cálculo preciso, que antes hubiera sido muy difícil de obtener, ya está a nuestro alcance gracias a la herramienta de control del consumo integrada en los sistemas de calefacción inteligente.
Algunos termostatos inteligentes ofrecen el control del consumo integrado inteligente que elabora estadísticas de uso basadas en un seguimiento preciso y sistemático de la energía térmica consumida.
Este seguimiento tiene en cuenta todos los parámetros significativos, como las características de la casa, el uso de los distintos espacios, el grado de dispersión térmica por el techo, el suelo y las paredes, y otros factores relevantes.
El sistema ordena y memoriza los datos recopilados elaborando gráficos sencillos e intuitivos, que muestran de forma clara toda la información sobre el uso de la calefacción. Esta visión general permite estar siempre atento a todo lo que es importante saber sobre nuestro consumo.
La aplicación para smartphone también permite controlar el consumo incluso de forma remota, donde y cuando quieras.
De esta forma, se puede relacionar el importe de la factura con el uso real de la calefacción, ajustándolo en consecuencia. Al controlar cuál es el consumo real en tu hogar, te darás cuenta de cuáles son los despilfarros que podrías evitar y los hábitos que podrías cambiar para tener un ahorro concreto sin renunciar al confort de una calefacción óptima.
Por último, podrás saber cómo y cuándo la calefacción afecta más a tu factura de luz o gas y podrás valorar en base a datos concretos la compañía y la tarifa energética más conveniente, y que mejor se adapta a tus necesidades domésticas.
¿Qué temperatura hay que poner la calefacción en invierno?
La temperatura a la que debes configurar la calefacción en invierno puede variar según las preferencias personales y la sensación de confort. Sin embargo, el IDAE sugiere que la temperatura interior durante el día oscile entre los 18°C y 21°C para un ambiente cómodo y eficiente desde el punto de vista energético.
Aquí hay algunas pautas generales:
- Durante el día. Se recomienda una temperatura de alrededor de 20°C para las áreas ocupadas de la casa. Puedes ajustarla según tu comodidad, pero ten en cuenta que cada grado adicional puede aumentar el consumo de energía.
- Durante la noche o cuando no estás en casa. Puedes reducir la temperatura, ya que no necesitas la misma cantidad de calor cuando estás durmiendo o ausente. Una temperatura de alrededor de 15-17°C podría ser adecuada en estos momentos.
Recuerda que estas son pautas generales y la temperatura exacta puede variar según tus preferencias individuales y las características de tu hogar.
Consejos para ahorrar en calefacción
Más allá de la calefacción inteligente, hay ciertas prácticas y hábitos que pueden ayudarte a ahorrar mucho dinero. Tomados individualmente, pueden parecer superfluos y casi inútiles. Sin embargo, la combinación de varios de ellos a final de mes puede marcar la diferencia entre una factura baja y una muy alta. A continuación, enumeramos algunas soluciones sencillas pero eficaces:
- No cubras los radiadores con ropa húmeda para que seque. Eso creará una barrera térmica y los radiadores tendrán que trabajar dos veces más;
- Apaga la calefacción en habitaciones no utilizadas y cierra las puertas para retener el calor en las áreas ocupadas.
- Asegúrate de que tu casa esté bien aislada. Repara cualquier fuga de aire y considera añadir aislamiento en paredes y techos.
- Utiliza adecuadamente las persianas y cortinas, manteniéndolas subidas en días soleados y bajadas por la noche;
- En lugar de subir la temperatura, vístete con ropa abrigada en casa para mantenerte cómodo.
- Pon paneles reflectantes detrás de los radiadores, aunque no sean muy estéticos;
- Purga los radiadores, extrayendo y limpiando periódicamente el aire acumulado en ellos.
- Realiza un mantenimiento regular en tu sistema de calefacción para garantizar su eficiencia.
- Ventila tu hogar brevemente abriendo ventanas durante el día para renovar el aire, y luego ciérralas para retener el calor.
- Coloca alfombras en los suelos y cortinas gruesas en las ventanas para ayudar a retener el calor y aislar mejor tu hogar.
Con un simple cambio de hábitos y gracias a la calefacción inteligente, podrás ahorrar entre un 10 y un 40% en tu factura, reduciendo tu huella de carbono y contribuyendo a mejorar tu salud y la del planeta.