Cambiar la caldera no es cosa de poco. El momento de la sustitución de la caldera puede efectivamente ser muy problemático.
De hecho, ya sea por deseo o por necesidad, puede suponer un considerable desembolso de dinero.
Afortunadamente hoy, en 2024, existen incentivos estatales que, a medio y largo plazo, hacen que esta operación merezca definitivamente la pena.
En este artículo te explicamos cuándo, cómo y por qué conviene cambiar la caldera y cómo un sistema de calefacción inteligente puede ayudar para que dure.
Cuándo y por qué cambiar la caldera
La vida media de una caldera es de unos 10 - 15 años, tras los cuales hay que sustituirla.
Sin embargo, con el paso del tiempo, todo el sistema requiere cada vez más mantenimiento debido al desgaste de sus componentes.
Por lo tanto, es aconsejable realizar el mantenimiento de la caldera en una estación que no sea fría para evitar un mayor aumento de los costes.
En particular, entre los diversos problemas que pueden surgir, y que señalan que ha llegado el momento de sustituir el sistema, pueden ser fugas, el aumento de la producción de condensación o una llama piloto que funciona de forma intermitente.
Además, si la caldera empieza a hacer ruidos extraños, es posible que haya habido una rotura de la válvula o un mal funcionamiento de la bomba.
Aparte de las cuestiones técnicas, las calderas antiguas pertenecen a una clase energética inferior a la de las calderas modernas, lo que se traduce en un mayor consumo y, como consecuencia, en una factura más grande.
Por lo que, los problemas de la caldera afectan a toda la casa. De hecho, los radiadores tardan más tiempo en alcanzar la temperatura deseada, lo que disminuye el confort en la vivienda.
Normativa europea sobre el cambio de calderas
En el 2015 salió la directiva europea de eficiencia energética de los sistemas de calefacción que estipula que toda caldera nueva que se instale tiene que ser de nueva generación.
De hecho, dos de los puntos fuertes de las calderas modernas son su excelente seguridad y fiabilidad.
Las calderas nuevas están diseñadas para ser sistemas seguros, mucho más que los modelos antiguos. En particular, se presta mucha atención a la fuga de monóxido de carbono, un gas inodoro e insípido que se libera en recintos cerrados durante la combustión y que, si se inhala, puede dañar el organismo y representar un peligro real.
Las calderas de condensación son las más utilizadas. Se trata de un tipo de tecnología que permite un importante ahorro en términos de necesidades energéticas y, al mismo tiempo, permite recuperar la energía de los gases de combustión, reduciendo drásticamente la emisión de sustancias nocivas a la atmósfera.
Por lo tanto, se trata de una opción económica e, incluso, ecológica, aunque no sea obligatoria desde el punto de vista legal, salvo algunas excepciones debidas a las diferentes normativas de las comunidades autónomas.
El Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios, RITE (Real Decreto 1027/2007 ) estipula que, para toda instalación civil de más de 70 kW, la contabilización de consumos y la revisión de la caldera debe realizarse cada dos años.
Esta revisión obligatoria de mantenimiento tiene que estar realizada por un servicio técnico mantenedor certificado lo cual debe emitir un certificado que el usuario debe conservar durante un periodo de 5 años. Es importante no confundirla con la inspección de gas natural, que también es obligatoria pero cada 5 años.
Cómo cambiar de caldera con ayuda en 2024
Para facilitar una modernización global de las calderas en circulación y reducir significativamente su impacto en el medio ambiente, en algunos países, como Italia, Francia y el Reino Unido, los gobiernos han previsto una serie de ayudas económicas y bonificaciones para incentivar la sustitución de las calderas antiguas por nuevos modelos de condensación de clase energética A o superior.
En España, también en 2024, está activa la campaña de Plan Renove de calderas que conforma una serie de ayudas económicas, gestionadas por las comunidades autónomas.
Sin embargo, para poder utilizar a estas ayudas, la nueva caldera debe suponer una mejora de al menos dos clases energéticas o la consecución de la clase más alta, que se demostrará con certificados de eficiencia energética (A.P.E).
¿Qué se debe considerar cuando se selecciona una caldera?
Para elegir la caldera más adecuada para su hogar y sus necesidades, hay que tener en cuenta varios factores. El primero es la potencia necesaria, que varía mucho en función de las características de la casa y su uso. Si tu casa tiene 50m2, la caldera necesitará menos potencia que para una casa de 120m2.
En este sentido, también tendrás que elegir el tipo de caldera mixta que prefieres. Hay dos tipos:
- Calderas mixtas Instantáneas: perfectas para los periodos cortos de uso, esas calderas comienzan a calentar el agua cuando se detecta la demanda de agua caliente. Lo hacen a través de un serpentín directo que calienta el agua al paso en el mismo momento en el que se abre el grifo.
- Calderas mixtas con acumulación o microacumulación: en este caso las calderas conservan el agua caliente de forma contínua a temperatura constante en un pequeño o grande depósito de agua, para que nada más abrir el grifo esta salga. Las con acumulacion puede dar servicio a un hogar con varios puntos de demanda como por ejemplo dos baños y una cocina.
Por último, no olvides nunca echar un ojo a la clase energética y a las funciones domóticas que ofrece el modelo.
Las ventajas de un sistema de calefacción inteligente para la salud de la caldera
Si tu modelo ya no ofrece funciones domóticas, elegir un sistema de calefacción inteligente ayuda enormemente a conservar el estado de una caldera, ya sea de última generación o de sistemas más antiguos.
Se trata de un sistema multizona, adaptable a cualquier tipo de vivienda, que se puede controlar completamente a distancia a través de una red wifi.
Garantiza una gestión verdaderamente inteligente de la calefacción y, por tanto, del desgaste de la caldera, gracias a sus avanzadas funciones, fruto de años de estudio en este campo.
El aprovechamiento óptimo de la calefacción prolonga, de hecho, la vida útil del sistema.
El resultado es un confort total y una reducción de los costes de consumo, así como una contribución concreta a la protección del medio ambiente.
El sistema aprende de tus hábitos y es capaz de modular automáticamente el uso de la caldera evitando que funcione cuando no es necesario.
Por ejemplo, un termostato inteligente puede permitir detectar manual o automáticamente la ausencia de personas en casa y ajustar la calefacción según las necesidades (activando la geolocalización).
Permite personalizar, también a distancia, la temperatura de cada espacio en el que esté instalado y proporciona datos precisos en tiempo real basados en algoritmos muy avanzados sobre el funcionamiento de tu sistema de calefacción. Además, también detecta la calidad del aire en tu hogar.
Por otro lado, gracias a las válvulas termostáticas inteligentes, es posible regular la entrada de agua a cada radiador, limitando de nuevo los daños a la caldera que bombea el agua.
También permiten medir la temperatura de cada espacio y, al igual que el termostato, se pueden ajustar a distancia a través de la app.
¿Quién puede instalar una caldera de gas?
Te recordamos que en 2024 toda caldera que funcione con gas debe seguir unas reglas de seguridad estrictas que garanticen su correcto funcionamiento. Por esa razón sólo las empresas instaladoras certificadas pueden hacerlo.
Cuando el instalador profesional termina su trabajo, te entregará un certificado de instalación en un impreso oficial expedido por la Delegación de Industria de su comunidad autónoma que garantice que la nueva caldera de gas está en perfectas condiciones para ser utilizada.