En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la sostenibilidad y la eficiencia energética, el concepto de diagnóstico energético ha adquirido una relevancia creciente. Pero, ¿qué es realmente un diagnóstico energético y por qué es tan crucial en la gestión inteligente de la energía? En este artículo, exploraremos en profundidad qué implica un diagnóstico energético, cómo se lleva a cabo y cuáles son sus beneficios tanto para los individuos como para las empresas. Desde identificar áreas de mejora hasta proporcionar recomendaciones específicas, descubriremos cómo esta herramienta se ha convertido en un pilar fundamental para optimizar el consumo de energía y promover la sostenibilidad en todos los niveles.
¿Qué es un diagnóstico o auditoría energética?
El diagnóstico de la eficiencia energética (DPE), o auditoría energética como se define en la Directiva 2012/27/UE, consiste en un procedimiento sistemático destinado a obtener un conocimiento adecuado del perfil de consumo energético de un edificio o grupo de edificios. También se aplica a actividades, instalaciones industriales o comerciales y servicios públicos y privados.
Su objetivo es medir la eficiencia energética de la vivienda o la empresa, identificando y cuantificando las oportunidades de ahorro energético desde una perspectiva coste-beneficio, así como su impacto en términos de emisiones de gases de efecto invernadero. Las casas y pisos se dividen en 7 clases, de la A a la G, de la más pasiva (A) a la más intensiva en energía (G).
Realizar una auditoría energética adecuada es, por tanto, el primer paso necesario en cualquier programa de eficiencia energética. Se puede llevar a cabo en cualquier tipo de edificio para identificar dónde se pueden hacer mejoras para reducir el consumo.
¿Es obligatorio realizar auditorías energéticas?
La auditoría energética fue establecida en 2006 para cumplir con los requisitos de la directiva europea sobre eficiencia energética en los edificios.
En España, según lo estipulado por el Real Decreto 56/2016, las empresas que cumplan con alguno de los siguientes criterios están obligadas a realizar una auditoría energética cada cuatro años a partir del 16 de noviembre de 2016:
- Tener una plantilla de más de 250 empleados.
- Alcanzar un volumen de negocio de 50 millones de euros.
- Contar con un balance general que supere los 43 millones de euros.
Las empresas que no cumplan con este decreto pueden enfrentar multas de hasta 60.000 €, según lo establecido en la sección 3 de la Ley 18/2014 del 15 de octubre, que trata sobre la aprobación de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia.
Es importante destacar que esta obligación no se aplica a las microempresas y a las pequeñas y medianas empresas (PYMES), ni a viviendas familiares.
¿Cómo se hace un diagnóstico energético?
Un informe de auditoría energética solo puede ser realizado por auditores externos certificados por organismos acreditados y debe elaborarse de acuerdo con las metodologías y los criterios mínimos esenciales descritos en la Norma UNI CEI EN 16247:2012 (Partes 1, 2, 3 y 4).
Consta de varias etapas. En primer lugar, se recopilan los datos necesarios mediante la lectura de las facturas caso por caso para analizar los problemas asociados al consumo de energía, tanto térmica como eléctrica.
A continuación, se elabora un informe de consultoría energética, en el que el técnico especialista también evalúa detenidamente el estado físico del edificio, desde su envolvente exterior hasta sus tuberías e instalaciones.
Con los datos resultantes, se podrá calcular la demanda energética del edificio, que también puede depender de diversos factores no físicos, como la zona geográfica en la que se encuentra la vivienda.
Por último, el técnico elabora un informe en el que expone las medidas que deben tomarse para reducir el despilfarro energético, definiendo sus prioridades, costes y beneficios.
Para ser válido, el EPD debe contener 4 tipos principales de información:
- Una descripción de la eficiencia energética del inmueble en términos de calefacción, aire acondicionado, agua caliente sanitaria, refrigeración y equipos de ventilación;
- Las etiquetas "energía" y "clima";
- Recomendaciones específicas sobre las medidas más eficaces para mejorar el rendimiento energético;
- Una declaración detallada y exhaustiva de los datos utilizados para calcular el EPD.
El diagnosticador calculará el EPD sobre la base de 60 criterios y podrá indicar, según el caso, la cantidad de energía realmente consumida o una estimación de este consumo. Dependiendo de la superficie del inmueble a evaluar, del número de habitaciones y del acceso a la información, se tarda entre 30 y 120 minutos en realizar correctamente una auditoría energética.
¿Por qué es importante realizar un diagnóstico energético?
Realizar una auditoría energética va más allá de simplemente cumplir con una obligación legal. Aquí hay varias razones importantes por las cuales deberías considerar hacerlo:
- Identificar los factores que influyen en tu consumo de energía.
- Descubrir oportunidades para reducir costos y ahorrar energía.
- Evaluar la viabilidad técnica y económica de implementar medidas específicas de eficiencia energética.
- Mejorar la percepción de tu empresa ante tus grupos de interés.
- Obtener certificados energéticos que validen la eficiencia de tus instalaciones.
¿Cuánto cuesta una auditoría energética?
El costo de las auditorías energéticas varía según la empresa y se adapta a sus necesidades. Aunque pueden percibirse como un gasto inicial, a largo plazo representan una inversión rentable. Estudios indican que las mejoras resultantes de estas auditorías pueden generar ahorros energéticos permanentes de entre el 10% y el 15% en la factura energética. En general, el precio oscila entre 1000 y 50000 euros.
Destaca recordar que la auditoría energética es diferente del certificado energético. Este informe se emplea al momento de adquirir o vender una propiedad para certificar su eficiencia energética. En él se evalúan elementos como el consumo eléctrico, de gas natural y el nivel de aislamiento de la vivienda. Lo realizan arquitectos o ingenieros, cuesta unos 1,50 euros/metro cuadrado y dura 10 años.
¿Qué se puede hacer para mejorar la eficiencia energética de un edificio?
Hay varios tipos de medidas que pueden contribuir a mejorar la eficiencia energética de un edificio.
- En términos de aislamiento térmico exterior, se pueden realizar trabajos como la aplicación de revestimientos o el aislamiento de paredes. La instalación de paneles solares o sistemas fotovoltaicos en los techos también se está volviendo cada vez más popular. La colocación de nuevas ventanas también contribuye a limitar las pérdidas de energía.
- La instalación de generadores de calor modernos, como la sustitución de la caldera por una caldera de condensación o una bomba de calor, también es una contribución esencial para mejorar la eficiencia energética de una casa. El uso de este tipo de sistemas puede aumentar el rendimiento energético de una vivienda al limitar los consumos relacionados con la calefacción.
- La domótica también puede ayudar significativamente a mejorar el diagnóstico de rendimiento energético. Gracias a las funciones de última generación, este sistema de automatización del hogar es una herramienta para reducir el consumo energético de la vivienda, lo que puede resultar en ahorros de hasta el 10% anual.
