Con un invierno que promete ser difícil, al menos en cuanto a la economía, es absolutamente legítimo preguntarnos cómo podemos ahorrar en el coste de la energía.
El escenario del conflicto entre Rusia y Ucrania, que lamentablemente no parece tener fin, tiene entre una de sus consecuencias mantener muy alto el precio de las materias primas, sobre todo del gas.
Para muchas familias esto supondrá un aumento de la factura de gas pero también de la factura de la luz.
Cómo ahorrar energía, por lo tanto, es ahora un tema de gran actualidad.
Aquí tienes diez consejos para ahorrar en la luz y el gas durante este invierno.
Lava los platos y la ropa con moderación
La lavadora y el lavavajillas son los dos electrodomésticos que requieren un mayor consumo de electricidad. Por lo tanto, deben utilizarse con moderación.
Sobre todo, los dos se deben utilizar a plena carga, para reducir el número total de lavados y, por lo tanto, ahorrar electricidad.
Además, la temperatura configurada también marca la diferencia: se deben evitar temperaturas demasiado altas.
En el caso del lavavajillas, también es recomendable realizar un prelavado en el grifo, para que el lavavajillas sea más efectivo en menos tiempo.
Otros electrodomésticos que consumen mucha electricidad son el horno, por lo que se debería evitar abrirlo a mitad de la cocción para que el calor no se disperse, y la plancha, que debe mantenerse siempre limpia para evitar la formación de cal que podría afectar a su rendimiento.
Eliminar el modo de suspensión y el despilfarro de electricidad
Un modo enormemente costoso en términos de consumo de electricidad es el uso de la función de suspensión de toda una serie de dispositivos, principalmente la televisión o el ordenador personal.
El uso de una regleta de enchufes con interruptor que, por lo tanto, es fácil de apagar, puede evitar el consumo de electricidad cuando no se utilizan.
También hay que prestar mucha atención a otros electrodomésticos que deben estar enchufados las 24 horas del día.
Nunca se debe llenar el frigorífico más de lo necesario, ya que tendrá que trabajar más (y por lo tanto consumir más) para mantener los alimentos a la temperatura deseada.
Por eso, en invierno, muchos alimentos también se pueden conservar fuera de la nevera para aprovechar la temperatura ambiente.
Electrodomésticos modernos
Los electrodomésticos de última generación probablemente supongan un gasto importante al principio pero que con el tiempo se amortizará.
Siempre es mejor disponer de electrodomésticos modernos de clase energética al menos A++.
De hecho, su tecnología permite ahorrar a lo largo del tiempo, ya que consumen menos electricidad para trabajar a pleno rendimiento y garantizar prestaciones excelentes.
Bombillas LED
La simple iluminación de los ambientes también supone un gran gasto de electricidad y, por lo tanto, debe utilizarse con moderación.
Evidentemente, se debe evitar dejar las luces encendidas en habitaciones en las que no haya nadie en ese momento.
Además, una excelente medida para ahorrar en la electricidad, sobre todo en invierno, es utilizar bombillas LED de bajo consumo.
El ahorro desde este punto de vista puede ser realmente importante, incluso de cientos de euros si tenemos en cuenta un año entero, sin pensar que las bombillas LED tienen una vida útil más larga que las bombillas tradicionales.
Mantenimiento
El mantenimiento es fundamental tanto para los sistemas y dispositivos que utilizan electricidad como para los que se utilizan para la calefacción de gas.
Nunca nos debemos olvidar del mantenimiento adecuado de nuestros sistemas.
Un mal funcionamiento de los electrodomésticos, de hecho, conduce a un consumo de electricidad sin duda superior y lo mismo puede decirse de los sistemas de calefacción.
Por lo que respecta a la caldera, es fundamental su limpieza anual antes del inicio de la temporada de invierno, para evitar averías y un consumo de gas superior al necesario.
Esta es una medida que realmente permite evitar sorpresas desagradables cuando recibamos la factura.
Uso moderado del agua caliente
Para producir agua caliente la caldera debe trabajar para calentarla, consumiendo necesariamente gas u otros combustibles.
A menudo utilizamos más agua caliente de la necesaria, y probablemente tengamos programado nuestro sistema a una temperatura demasiado alta.
La temperatura del agua caliente nunca debería sobrepasar los 45 °C. A esta temperatura se asegura el bienestar corporal y se evita el derroche innecesario de recursos.
Además, conviene intentar consumir la menor cantidad de agua caliente posible, reduciendo el tiempo que tardamos en ducharnos o evitando dejar el grifo abierto, por ejemplo, al cepillarnos los dientes.
Aislar bien las habitaciones
Para ahorrar energía en invierno en nuestro hogar, no solo es necesario reducir el consumo de electricidad y gas, sino también evitar que la energía utilizada se desperdicie innecesariamente.
Por ello, se debe prestar mucha atención al aislamiento de las habitaciones de la vivienda respecto al exterior, evitando las corrientes de aire sobre todo en los cerramientos.
La típica corriente de aire puede hacer que se disperse hasta un 25 % del calor generado para llevar la temperatura ambiente a la deseada.
Normalmente, una vivienda debería disponer de una capa térmica en sus partes más exteriores, como el techo y las paredes, para evitar pérdidas innecesarias de calor.
Algo más sencillo pero igual de importante es mantener los cerramientos en buen estado.
Es recomendable utilizar doble cristal en las ventanas, así como aluminio y PVC para los cerramientos, materiales que impiden cualquier dispersión hacia el exterior pero que también evitan que el frío penetre en nuestro hogar.
Bajar la temperatura 1 grado
Una medida que se ha propuesto en algunos países, para todas las oficinas públicas, es bajar la temperatura de los espacios interiores de los habituales 20 °C a 19 °C.
Bajar un solo grado, si se aplica en todo un país, podría ahorrar miles de millones de euros en energía.
Además, bajar la temperatura un grado no supone ningún problema en cuanto al bienestar habitacional, de hecho, es incluso más saludable, ya que una temperatura demasiado elevada en el hogar puede favorecer la proliferación de bacterias, microorganismos, mohos y ácaros, que pueden causar alergias o enfermedades.
Caldera nueva
Si se desea realizar una inversión a largo plazo en la calefacción, vale la pena considerar la instalación de una caldera más moderna, de condensación o con bomba de calor.
Son dos dispositivos que permiten un considerable ahorro en el consumo de gas (además, la bomba de calor solo utiliza electricidad), ya que pueden utilizar el calor que han generado transformándolo en nueva energía.
En la caldera de condensación, el humo y los vapores producidos por la combustión del gas se reciclan y generan más calor, para no tener que recurrir al uso de más combustible de la red.
Es una forma segura de ahorrar en la factura del gas también en invierno y que además contamina menos que una caldera tradicional.
Instalación de un sistema de calefacción inteligente
Una excelente solución para ahorrar en la calefacción en invierno es equiparse, independientemente del sistema que ya tengamos, con un sistema de calefacción inteligente como el de IRSAP NOW, que ayuda a reducir al mínimo el consumo de energía sin que repercuta en el bienestar habitacional.
El sistema inteligente de IRSAP NOW es ante todo multizona, ya que puede definir diferentes temperaturas en las distintas habitaciones de la casa en función de los hábitos de quien se encuentra en ellas.
Gracias a sus funciones avanzadas, el termostato inteligente aprende del comportamiento de las personas que viven y con el modo Eco anticipa media hora el apagado del sistema con respecto a la hora programada para ahorrar energía sin perder confort.
También se puede controlar todo a distancia desde la aplicación de IRSAP NOW, que interactúa con el sistema.
Si además se instalan en cada habitación las termoválvulas inteligentes, el control de todas las habitaciones será total.
Además, las válvulas termostáticas inteligentes están equipadas con sensores especiales que pueden detectar si hay alguna ventana abierta, lo que llevaría a un funcionamiento extra del sistema de calefacción, con el consiguiente derroche de gas.
La tecnología y el cuidado garantizan el ahorro
Hemos visto que se puede lograr un ahorro de energía en invierno actuando principalmente en dos líneas.
De manera general, se deben evitar los descuidos y el derroche inútil de recursos.
Pero además de esto, la tecnología nos ofrece una gran ayuda, en forma de electrodomésticos más modernos y con mejor rendimiento, pero también de sistemas como el de IRSAP NOW que garantizan un gran ahorro en la factura.
