En un sistema de calefacción doméstico tradicional, el termostato desempeña un papel muy importante.
Es el dispositivo que regula el uso del sistema y, en consecuencia, también el consumo que conlleva.
Un termostato tecnológicamente avanzado puede aportar un gran ahorro en la energía consumida y, por lo tanto, evitar también grandes costes en la factura para el consumidor.
Veamos ahora cómo funciona un termostato y conozcamos cuáles son los principales tipos de sistema existentes.
Qué es y cómo funciona el termostato
El termostato para caldera es un dispositivo que permite ajustar la calefacción domestica controlando el encendido y apagado de la caldera.
El termostato puede detectar el calor que genera el sistema y apagarlo una vez alcanzada la temperatura deseada.
Por lo tanto, se utiliza para mantener constante la temperatura deseada por las personas que allí viven en una sola habitación o en distintas habitaciones de una vivienda.
Básicamente, los termostatos actuales se dividen en termostatos mecánicos o digitales.
Ambos realizan la misma función.
Pero es fácil intuir cómo los digitales son mucho más precisos a la hora de detectar la temperatura ambiente y, además, poseen numerosas e importantes funciones adicionales.
Algunos termostatos pueden programarse, por lo que se puede decidir que la calefacción solo se encienda a determinadas horas.
Los modelos más avanzados pueden autoprogramarse según los hábitos de las personas que viven en la casa, además de proporcionar otra información muy útil sobre la calidad del aire en las distintas habitaciones.
Historia y evolución del termostato: del termostato tradicional al inteligente
La palabra «termostato» deriva de la unión de dos palabras de origen griego: termo (calor) y statos (estar de pie o mantenerse constante).
La definición remite inmediatamente a su función, que es la de mantener estable el calor de una habitación controlando el funcionamiento de la caldera.
El primer termostato fue inventado por el químico escocés Andrew Ure en 1830.
Los primeros modelos eran mecánicos y han ido evolucionando hasta los últimos años en los que se dispone de modelos extremadamente tecnológicos.
Con un termostato mecánico se puede programar manualmente la temperatura deseada en una habitación, ajustándola con una rueda.
Si el termostato detecta una temperatura inferior a la deseada, enciende la caldera para que funcione generando calor hasta alcanzar los grados deseados, para luego apagarla.
Técnicamente, los termostatos mecánicos siguen el principio físico de la dilatación térmica.
De hecho, en su interior hay materiales especiales que se dilatan o contraen dependiendo de cuánto se calienten.
Al contraerse, entran en contacto con el circuito eléctrico que controla el sistema de calefacción.
Este es el mecanismo que permite encender la caldera en función de la temperatura ambiente.
Existen diferentes tipos de termostatos mecánicos.
El termostato de lámina bimetálica aprovecha al máximo el principio de la expansión térmica. De hecho, cuando estas láminas están frías, el circuito se cierra y la caldera recibe el impulso eléctrico para encenderse.
Por el contrario, cuando se calientan, las láminas se expanden, saliéndose del circuito e interrumpiendo la transmisión eléctrica al sistema que, por lo tanto, se apaga.
También hay termostatos de expansión (gas o líquidos), con dos discos metálicos unidos con un fuelle lleno de gas o líquido.
Estos se expanden o contraen al cambiar la temperatura: en este último caso, sueltan los discos de un interruptor de apagado, poniendo la caldera en funcionamiento.
Por el contrario, cuando el gas se calienta, expande el fuelle, empujando los discos hacia el interruptor de apagado del sistema.
Es un tipo de termostato que reacciona muy rápidamente ante los cambios de temperatura.
También podemos encontrar todavía termostatos de cera.
Estos termostatos contienen un pequeño tapón de cera dentro de una cámara estanca.
Al aumentar la temperatura, la cera se derrite y se vuelve líquida.
Su cambio de volumen actúa en una varilla que enciende el sistema de calefacción.
La evolución de la tecnología ha llevado recientemente al desarrollo y a la difusión de termostatos digitales, conectados eléctricamente al sistema de calefacción.
Se puede ajustar la temperatura también en décimas de grado, con una excelente precisión en cuanto a la respuesta.
Gracias a los termostatos digitales, se puede programar la temperatura, pudiendo alcanzar así un determinado valor solo en determinadas horas y dejar el sistema en reposo en otras.
Este tipo de termostato también permite encender la calefacción solo en determinadas zonas de la vivienda.
La evolución posterior del termostato lo ha transformado de digital a inteligente, es decir, con capacidad para interpretar los hábitos de las personas que viven en la casa y, en consecuencia, ajustar el uso de la calefacción.
Los modelos más modernos disponen de otras funciones aún más avanzadas: pueden comunicarse con el resto del sistema de calefacción a través de Internet, controlando de esta forma tanto el funcionamiento de la caldera como el de los radiadores donde se hayan instalado termoválvulas inteligentes conectadas.
La tecnología inalámbrica también permite la conexión entre el termostato y los teléfonos de las personas que viven en casa.
Gracias a esta tecnología, el termostato también proporciona otra información útil, como datos sobre el funcionamiento de la calefacción, consejos para mejorar la calidad del aire y, a través de la geolocalización, puede comprobar si los habitantes están en casa y cuándo, para ajustar en consecuencia el funcionamiento de la calefacción.
El termostato inteligente de IRSAP NOW
El verdadero termostato inteligente es el de IRSAP NOW.
Fruto de décadas de investigación y experiencia en el sector, este dispositivo permite un control a distancia total del sistema de calefacción.
El termostato inteligente de IRSAP NOW no solo garantiza el control de la temperatura, sino que proporciona datos que permiten aumentar significativamente el bienestar habitacional y al mismo tiempo evitar derroches innecesarios de energía que repercuten en la factura.
El termostato inteligente garantiza la máxima personalización de un sistema de calefacción en función de nuestras necesidades.
Sus algoritmos avanzados permiten comprender los hábitos de las personas que viven en casa y ajustar el funcionamiento del sistema en consecuencia.
El termostato inteligente IRSAP NOW funciona a través de wifi y posee una pantalla táctil fácil e intuitiva con muchas funciones.
Se puede instalar en la pared o incluso apoyarlo en cualquier mueble, y se puede colocar en cualquier ambiente.
Dado que funciona a través de la red, el software interno se actualiza automáticamente a la última versión.
Fácil de instalar, permite diferentes tipos de programación, diaria o semanal, y se puede programar a distancia a través de la aplicación instalada en el móvil.
El termostato inteligente también es compatible con los distintos sistemas de control de voz a distancia, como Google Home o Alexa.
En definitiva, es un dispositivo que se integra perfectamente en el concepto de casa domótica, es perfectamente compatible con las calderas de gas tradicionales y con los modelos más modernos de condensación o con bomba de calor.
El termostato inteligente IRSAP NOW proporciona datos de consumo y sobre la calidad del aire y su humedad.
También se puede instalar más de uno, ya que estos se comunicarán entre sí intercambiando datos para garantizar un control más preciso de la temperatura en las distintas habitaciones de la casa.
El termostato inteligente es solo uno de los componentes del sistema de calefacción inteligente de IRSAP NOW. Un sistema realmente avanzado que permite programar diferentes temperaturas en cada zona de la casa en función de las necesidades de sus habitantes.
Por lo tanto, las habitaciones menos utilizadas se calentarán menos y se evitará el despilfarro innecesario de recursos.
En un momento en el que debido a la subida de los precios ahorrar en la factura es un imperativo, disponer del sistema inteligente de IRSAP NOW nos aporta un beneficio importante.