Mantenimiento de la caldera: guía definitiva
  • Calefacción

Supervisar el funcionamiento de la caldera es esencial para prolongar su vida útil y asegurar la seguridad y confort de los habitantes de la vivienda. Aunque el rendimiento de una caldera depende de varios factores imprevisibles, la atención y cuidado del usuario juegan un papel crucial. Programar y realizar el mantenimiento de la caldera adecuado permite obtener un rendimiento fiable y eficiente durante un largo periodo de tiempo.

En esta guía definitiva, te ofrecemos toda la información necesaria para mantener tu caldera en óptimas condiciones, garantizando su eficiencia y seguridad a lo largo de los años. Aprenderás sobre la importancia de las revisiones periódicas, cómo detectar posibles fallos antes de que se conviertan en problemas graves y los beneficios de contar con un servicio profesional para el mantenimiento de tu caldera. Además, te proporcionaremos consejos prácticos para realizar pequeñas tareas de mantenimiento por ti mismo, ayudándote a ahorrar dinero y a prevenir posibles averías.

 

¿Por qué y cuándo hay que realizar el mantenimiento de una caldera?

 

El mantenimiento ordinario de una caldera consiste en una revisión de los elementos más utilizados y más expuestos al riesgo de rotura o desgaste, como los electrodos, las juntas, los ventiladores, etc.

Salvo indicación contraria del fabricante, debe realizarse cada 2 años (cada año en País Vasco) y es obligatorio por ley. No debe confundirse con la inspección completa de la instalación de calefacción que incluye la revisión de contador, tuberías y llaves y tiene que hacerse cada 5 años (4 en País Vasco).

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La revisión de la caldera tiene que estar realizada por un técnico cualificado, que deberá:

  • comprobar que la caldera funciona correctamente y limpiarla si es necesario;
  • realizar los ajustes necesarios para garantizar el correcto funcionamiento del generador de calor;
  • medir el monóxido de carbono ;
  • calcular el rendimiento energético y las emisiones contaminantes (óxido de nitrógeno para las calderas de gasóleo y gas, compuestos orgánicos volátiles y polvo para las calderas de madera y otras biomasas) en función de su tipo y antigüedad..

Además de poner en riesgo la seguridad de los habitantes de la vivienda, no realizar la revisión de la caldera puede ocasionar problemas desagradables como:

  • El bloqueo de la caldera, que puede estar causado por una presión demasiado baja y el consiguiente deterioro de piezas internas como el vaso de expansión, o por la acumulación de polvo y residuos en componentes clave como el quemador que enciende la chispa para quemar el gas. 
  • Fugas de agua, causadas por la cal que ha dejado su huella en componentes clave como el intercambiador de calor o el grifo de llenado;
  • Ruidos extraños, señal de que hay que cambiar algunas piezas como el ventilador, el intercambiador o el circulador;
  • Falta de agua caliente o problema con la temperatura del agua, generalmente por pérdida de presión o problemas eléctricos;
  • Una caldera que se enciende y se apaga constantemente, señal de problemas con el termostato, la bomba de circulación o la función anticongelante.

 

¿Qué revisiones de la caldera son obligatorias?

 

Como ya hemos dicho, el mantenimiento de una caldera no es sólo una práctica recomendada. De hecho, el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) establece explícitamente que los trabajos de mantenimiento para aparatos de hasta 70kW son obligatorios cada 2 años (cada año en País Vasco) y que el incumplimiento de las revisiones programadas se castiga con multas. 

 

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Las calderas de potencia superior (>70kW) se revisan una vez al año y necesitan inspecciones específicas de eficiencia energética una vez cada cuatro años, mientras los calentadores de hasta 11 litros, se revisan una vez cada 5 años.

No se incluye en esta legislación la inspección de la instalación de gas que, por su parte, es obligatoria cada 5 años (4 en País Vasco), suele ser propuesta por las propias empresas energéticas y se paga a través de la factura ordinaria del gas. 

Por lo tanto, el mantenimiento de rutina solo incluye una serie de operaciones realizadas por un servicio técnico cualificado que comprueba la presión de su generador de calor, revisa todos aquellos componentes de la caldera que están más sometidos a tensión y expuestos a desgaste y calcula el rendimiento energético. Si es necesario, puede incluir una descalcificación, la sustitución de las piezas defectuosas y la medición de los niveles de monóxido de carbono.

Alarga la vida de tu caldera

Se sugiere que el mantenimiento se realice en verano o en primavera. La razón es porque cuando se realizan todas las revisiones, el sistema debe estar apagado y en invierno esto puede convertirse en un problema. Además, fuera de temporada, los técnicos tienen un horario mucho más libre y las citas se pueden programar con tranquilidad y con costes mucho más bajos debido a la ausencia de urgencias.

Además, existen ciertas excepciones en función del tipo de caldera:

  • Calderas de gasóleo o de pellet. Requieren una revisión anual debido a la naturaleza del combustible utilizado y los posibles residuos que pueden acumularse.
  • Calentadores de agua. Deben ser revisados cada cinco años para asegurar su eficiencia y seguridad.
  • Calderas comunitarias. Estas instalaciones deben ser revisadas mensualmente, dado que su uso y carga son significativamente mayores en comparación con las calderas individuales.

En caso de que la revisión no sea favorable y se detecten anomalías que no puedan corregirse en el momento, el técnico precintará la caldera y cortará el suministro de gas. Esto se hace para garantizar la seguridad de los ocupantes del edificio hasta que se realicen las reparaciones necesarias.

 

¿Cuánto cuesta la revisión de la caldera?

 

Para las revisiones de calderas se suele realizar, en general, un contrato de mantenimiento anual que garantiza y certifica que la operación ha sido realizada por un servicio técnico certificado. El contrato puede ser de duración determinada o indeterminada y puede incluir diferente tipos de servicios como la asistencia 24 horas o la extensión de garantías para la reparación del generador de calor. 

Un contrato de mantenimiento básico, por solo la mano de obra y el desplazamiento técnico, cuesta por término medio entre 50 y 80 euros, a los que hay que añadir los gastos de sustitución o reparación. El precio de los contratos que ofrecen servicio completo puede oscilar entre 80 y 200 euros, teniendo en cuenta que el precio varía mucho en función de la empresa que preste el servicio. 

Claramente, estos precios son muy inferiores a los de una multa por no realizar una revisión, de los costes de reparaciones importantes o incluso de la compra de una caldera nueva. De hecho, teniendo en cuenta los beneficios de una revisión periódica, un desembolso limitado contribuye a una inversión a largo plazo, ya que una caldera sana está destinada a funcionar mucho mejor que una caldera que no ha sido revisada y corre el riesgo de no encenderse en cualquier momento. 

 

¿Quién paga el mantenimiento de la caldera en un piso en alquiler? 

 

Por regla general, corresponde al inquilino ponerse en contacto con el técnico de calefacción y pagar la revisión. También puede suscribir un contrato de mantenimiento en su nombre si lo desea. El propietario sólo es responsable de las reparaciones importantes.

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