En un momento en el que ahorrar en la factura energética se ha convertido en un imperativo, hay muchos aspectos que se deben tener en cuenta.
Para hacer frente al aumento desorbitado del precio de los suministros domésticos, conviene asegurarse de que tu hogar tenga un buen nivel de eficiencia energética.
Hay diferentes formas de mejorar este aspecto de nuestros hogar, interviniendo en el sistema de calefacción y el aislamiento de la vivienda o, y son los casos más frecuentes, simplemente implementando determinadas buenas prácticas.
En este artículo te ofrecemos tres consejos para invertir y lograr un hogar energéticamente eficiente, y en definitiva mejorar su eficiencia energética.
Eficiencia energética: qué es
Se define como eficiencia energética la capacidad de un sistema físico para obtener un alto rendimiento utilizando menos energía, consiguiendo de esta forma optimizar los resultados con un menor uso de recursos.
Trasladando el concepto a un hogar, se puede decir que una vivienda requiere una determinada necesidad de energía para satisfacer el nivel de confort necesario.
Cuantos menos recursos se utilicen, mayor será la eficiencia energética de la vivienda.
En cuanto a cifras, la eficiencia energética se expresa con un valor que va de 0 a 1, o con un porcentaje de 1 a 100, donde un valor bajo indica que hay un derroche de recursos del sistema, mientras que un valor alto indica una gran eficiencia energética donde la energía que entra se transforma en un resultado.
Por lo tanto, buscar la eficiencia energética de nuestra vivienda significa aplicar medidas que permitan mejorar la eficiencia energética de nuestro hogar.
La eficiencia energética de los hogares se define a través de un documento específico, el APE, y el certificado energético los emiten los organismos competentes. Este documento indica las obligaciones que se deben cumplir para obtener determinados parámetros de eficiencia y permite acceder a una serie de subvenciones que los diferentes países conceden para este fin, como el Ecobonus en Italia.
Por lo tanto, un hogar energéticamente eficiente reduce el gasto de las familias y mejora el impacto en el medio ambiente, lo que le permite evitar derrochar innecesariamente recursos.
Lograr una mayor eficiencia energética significa en primer lugar utilizar mejor la energía, gracias a dispositivos tecnológicos y medidas individuales que permiten hacerlo.
Primera inversión: un sistema de calefacción eficiente
La eficiencia térmica es uno de los principales factores que contribuyen a determinar la eficiencia energética de una vivienda y para lograrla se requiere un sistema de calefacción que ofrezca un alto rendimiento.
Un sistema de calefacción inteligente como el de IRSAP NOW puede mejorar considerablemente la eficiencia energética de nuestra vivienda.
Es un sistema de calefacción que se adapta a cualquier tipo de instalación, ya sea una caldera de gas normal, una caldera de condensación o una bomba de calor.
El sistema inteligente permite gestionar la calefacción por zonas, para optimizar el consumo en función del uso de cada habitación.
Las termoválvulas inteligentes de IRSAP NOW permiten programar una temperatura diferente en cada habitación, además de controlar el caudal de agua en los radiadores en los que están instaladas.
Por lo tanto, máximo confort y consumo reducido: la energía se consume solo cuando se necesita y no se desperdicia.
Todas las válvulas se conectan a través de la unidad de conexión al termostato inteligente de IRSAP NOW que, además de permitir controlar la temperatura en las distintas habitaciones, enciende o apaga automáticamente el sistema de calefacción dependiendo también del momento del día.
Es un termostato verdaderamente inteligente, que puede aprender de los hábitos de las personas que lo utilizan y reproducirlos automáticamente, para garantizar un gran ahorro.
Además, con la aplicación de IRSAP NOW el sistema siempre está conectado a tu teléfono y mediante geolocalización puede establecer cuándo no hay nadie en casa, y evitar así que la calefacción funcione innecesariamente.
Segunda inversión: un sistema de aislamiento eficaz
Es una inversión que puede resultar costosa al principio, pero que a largo plazo ofrece importantes beneficios y un gran ahorro.
El aislamiento de una vivienda conlleva que esté correctamente aislada del exterior desde el punto de vista térmico, para evitar intercambios de calor importantes, entrando frío del exterior o, al contrario, que el calor del interior se disperse al exterior.
Para optimizar el aislamiento se requieren intervenciones que aporten el nivel adecuado de aislamiento en techos, suelos y paredes, con especial atención a los cerramientos, donde las corrientes de aire pueden realmente afectar negativamente al consumo.
Para techos y paredes, se suele instalar una capa, hecha con paneles aislantes introducidos en la mampostería.
El aislamiento térmico se ve favorecido por el uso de determinados materiales, como madera, fibras de madera y celulosa, pero también paja o lana de vidrio, especialmente para los techos o los suelos.
Como ya hemos dicho, es muy importante prestar atención a los cerramientos, donde se crean puentes térmicos hacia el exterior muy indeseables.
Una buena solución es sin duda la instalación de doble cristal en todas las ventanas, y utilizar aluminio o PVC como material para la estructura, ya que garantizan un excelente aislamiento.
O, todavía más sencillo, colocar burletes debajo de la puerta.
Se trata de medidas que aumentan la eficiencia y que a la larga garantizan un considerable ahorro energético en la vivienda y, por lo tanto, un aumento de su eficiencia energética.
Tercera inversión: un comportamiento más responsable
Incluso antes de las intervenciones estructurales o tecnológicas, se puede lograr una mejor eficiencia energética de nuestra vivienda adoptando uncomportamiento más responsable.
Son medidas realmente sencillas, que muchas veces no ponemos en práctica por simple descuido.
En primer lugar, es recomendable no malgastar recursos innecesariamente haciendo un mal uso de los aparatos de nuestro hogar, por ejemplo evitando dejarlos encendidos cuando no se utilizan.
Si lo pensamos bien, también el uso que hacemos del agua caliente mientras nos duchamos o nos cepillamos los dientes, que mantiene en funcionamiento el sistema de calefacción, a menudo es muy superior a las necesidades reales.
También hay que tener en cuenta los descuidos más comunes, como dejar una ventana abierta u olvidarse de apagar la calefacción de noche, o dejar objetos delante de los radiadores que no les permitan funcionar adecuadamente.
La eficiencia energética se consigue de muchas maneras
Hemos visto cómo, para mejorar la eficiencia energética de una vivienda, existen muchas y muy diferentes formas.
Sin embargo, todo empieza de nuestra concienciación, de un deseo real de evitar derroches innecesarios y obtener así un verdadero ahorro de energía.
Se empieza por adoptar buenas prácticas, pero la tecnología sin duda puede ayudarte.
Para la calefacción, por ejemplo, un sistema como el de IRSAP NOW puede aportar grandes