Tus radiadores no calientan bien y tienes la sensación de que el rendimiento de tu caldera está disminuyendo. ¿Y si el problema es una bajada de presión? En este artículo encontrarás todas las causas de una bajada de presión, aunque no haya fugas aparentes, y algunos consejos para restablecer la presión a los niveles adecuados.
¿Qué hay que saber sobre la presión de las calderas?
Todas las calderas necesitan una buena presión del agua para funcionar correctamente, independientemente del combustible y de la tecnología utilizada.
De hecho, se necesitan niveles de presión equilibrados para garantizar la correcta circulación del agua por todo el circuito de calefacción, tanto horizontal como vertical en el caso de las viviendas de varias plantas. De este modo, se garantiza que los emisores de calor (radiadores) puedan recibir agua caliente correctamente y que el calor se distribuya.
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Por el contrario, cuando la presión es demasiado alta o demasiado baja, el sistema de calefacción se resiente. De hecho, un nivel de presión inadecuado puede deteriorar el equipo y provocar averías que, a la larga, pueden provocar la parada del sistema de calefacción.
Para evitar estas situaciones, es necesario asegurarse de que la presión indicada se sitúa entre 1 y 1,5 bares para la mayoría de las viviendas.
Afortunadamente, hoy en día existen numerosos dispositivos inteligentes, como módulos de caldera y termostatos, que permiten controlar el sistema de calefacción a distancia. A través de la conexión WiFi a Internet de tu casa, podrás controlar y regular el confort de tu hogar desde cualquier lugar, reduciendo drásticamente los ciclos de arranque y parada de la caldera, por ejemplo, o recibiendo una notificación en tu smartphone en caso de error genérico de la caldera o baja presión de agua.
¿Qué pasa si la presión de la caldera está a cero?
Si la presión desciende por debajo del umbral mínimo de funcionamiento, normalmente 0,5 bar, la caldera se bloquea. De hecho cuando no hay una presión correcta un sistema de seguridad establecido en el interior de la caldera hace que ésta dé un error y no arranque. Estas son las principales causas por las que la presión de la caldera tradicional o de condensación baja tanto que el sistema se bloquea:
- exceso de aire;
- fugas de agua;
- primera puesta en marcha de la temporada.
Las fugas de agua no siempre pueden ser detectadas sin la ayuda de un técnico. En cambio, eliminar el aire del circuito, purgando los radiadores, es una operación mucho más sencilla, aunque el mejor consejo es siempre confiar en un técnico especializado o consultar un manual de mantenimiento de calderas fiable.
Una vez comprobado que no hay fugas de agua ni exceso de aire, para subir la presión de la caldera basta con abrir el grifo de suministro de agua, situado normalmente en la parte inferior de la caldera. Al abrirlo, la presión subirá rápidamente por encima de 0,5 bares y la caldera se pondrá en marcha automáticamente. Si no aumenta, probablemente habrá que intervenir también en la llave de agua, un grifo situado aguas arriba de la instalación en la entrada de cables en la pared, o habrá que comprobar el vaso de expansión y la válvula de seguridad.
¿Cómo saber si el vaso de expansión de la caldera está roto?
El vaso de expansión de la caldera funciona como un pulmón, amortiguando los picos de presión dentro del circuito de calefacción debidos a un aumento del volumen de agua y evitando los golpes de ariete. En efecto, al estar el agua en un circuito cerrado, cuando aumenta su temperatura, aumenta su volumen, lo que provoca un aumento de presión que, si no se compensa, supera los 3 bares, disparando la válvula de seguridad. Esta válvula liberará el agua al exterior para disminuir la presión en la caldera.
Cuando el agua de la caldera está fría, la membrana se adhiere al recipiente. Cuando el agua se calienta, aumenta de volumen y comprime la membrana, haciendo que el agua del circuito entre en el vaso de expansión. En este punto, la membrana absorbe la presión del agua a través de su colchón de aire y empuja el agua fuera del vaso, manteniendo estable la presión global en el circuito.
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La rotura del vaso de expansión es un problema común y le ocurre a todo el mundo durante el ciclo de vida de nuestra caldera. Si tiene que inflar el vaso de expansión con frecuencia para mantener estable la presión en la caldera, es un síntoma de que la membrana interna se está desgastando.
Tanto la baja presión como la alta presión continua en la caldera son responsables de dañar el depósito de expansión. En particular, si se perfora su membrana, el depósito de expansión ya no podrá regular la presión de la caldera, lo que provocará continuas fugas de agua. Para comprobar si el depósito de expansión está perforado, basta con retirar el tapón de la válvula y presionar con un destornillador pequeño. Si sale agua en lugar de aire, significa que la membrana interior está perforada y debe sustituirla.