Este apartamento, situado en un edificio de principios del siglo XX en el corazón de Vanchiglia, Turín, es el hogar de una pareja italo-argentina. El proyecto consistió en la reconstrucción completa de este apartamento de 110 m2, que originalmente constaba de una gran entrada central, una cocina, un salón, dos dormitorios y un estrecho cuarto de baño. La nueva distribución reúne la zona de servicio y la sitúa en el centro del apartamento, uniendo visualmente las esquinas opuestas del edificio.
El espacio, que antes estaba dividido en muchas habitaciones pequeñas, se ha convertido ahora en un espacio fluido que capta toda la luz posible del exterior. Para maximizar la presencia de luz natural en la zona de estar central, se han colocado grandes paredes verticales de cristal en las paredes y los muebles que dan al salón, lo que permite que la luz natural entre incluso en los rincones más oscuros.
El salón, la cocina, el dormitorio principal y el estudio están situados en la zona perimetral. La zona de servicio central incluye la entrada (que es también la sala de espera del estudio), dos cuartos de baño y zonas de almacenamiento. Esta división se ve acentuada por los distintos revestimientos del suelo: se ha elegido parquet para el salón, el dormitorio y el estudio, mientras que la zona de servicio tiene suelo de hormigón.