El proyecto consiste en la renovación de un PEQUEÑO apartamento en Cagliari, construido en 1966.

El objetivo de la intervención era optimizar al máximo las reducidas dimensiones del piso, haciéndolo extremadamente confortable tanto para uso del propietario como para alquileres de corta duración por parte de turistas durante el verano.

Para lograr este objetivo, se rediseñaron por completo todos los sistemas y acabados y se dio gran importancia al trabajo de carpintería: de hecho, los muebles también tienen la función de dividir las distintas estancias de la casa.

Se demolieron todos los tabiques y se reconstruyeron según la nueva distribución, que define un salón-comedor, una cocina conectada a él por una gran abertura, un dormitorio con vestidor y un pasillo que conduce al cuarto de baño.

Para maximizar la capacidad del apartamento, se ha creado una cama doble en el altillo situado encima del pasillo, al que se accede por una escalera empotrada en la carpintería.

Todos los suelos se han sustituido por parqué de bambú, excepto el del cuarto de baño, que tiene suelo de mosaico.

Las paredes se han restaurado por completo y se han pintado de un gris suave, ligeramente caldeado por los componentes terrosos.