Describir este proyecto, en el que se fusionan arquitectura e interiorismo, nos brinda la oportunidad de demostrar en qué consiste realmente nuestro trabajo y cómo nuestras ideas pueden realzar y añadir valor a un espacio. Durante la primera visita in situ, esta casa estaba casi en ruinas, carachterizada por habitaciones estrechas y espacios asfixiantes. Sin embargo, tenía potencial para convertirse en algo extraordinario, sólo necesitaba un ojo experto que lo viera.
Desde el principio quedó claro que la distribución de la casa era hermosa, pero estaba completamente oculta. Había que descubrirla. El espacio se amplió, incluso se duplicó. La distribución se liberó de las cañas y los entresuelos que la ocultaban para mostrar su vitalidad y dejar entrar la luz natural.
Cada parte del espacio se ha repensado y rediseñado.
El salón central es luminoso, con una paleta de verdes y azules que destacan sobre el fondo gris de las paredes, puertas y ventanas.
La escalera y el mobiliario del salón se han diseñado para seguir y acentuar la estructura arquitectónica.
El edificio no utiliza gas y dispone de las últimas tecnologías domésticas para ofrecer el máximo confort. El sistema de calefacción y refrigeración por suelo radiante está conectado a una bomba de calor y a un sistema de ventilación con recuperación de calor y deshumidificador. Los sistemas están controlados por un sistema domótico que permite la supervisión y gestión a distancia. Toda la superficie exterior está aislada con ventanas con rotura de puente térmico. El edificio tiene una clase energética A4 y cumple los requisitos NZEB (Edificios de Consumo de Energía Casi Nulo).